Viaje por Europa o 3.000km en un fin de semana
Para aquellos de vosotros a los que os parece una pesadilla cargar a los caballos y recorrer un par de miles de kilómetros, este artículo os puede parecer hasta increíble, no obstante, es totalmente real. Después de habérnoslo recomendado una y otra vez, finalmente cambiamos nuestro remolque por un furgón. Nuestro primer viaje en el furgón se desarrolló sin problemas y todos lo disfrutamos.
¡Nos ponemos en marcha! Nosotros cuatro, el semental Amadeus y la joven yegua Pretory.
Nuestro objetivo estaba claro, para algunos, impensable, para nosotros, pura rutina en la que tenemos que llegar con nuestros participantes en un corto espacio de tiempo del lugar A al lugar B. Hoy, de la República Checa a un hipódromo en la Francia occidental y de vuelta.
Colocamos en nuestro nuevo Excelsion, furgón de cinco plazas de Paragan, todo el equipaje imprescindible para nuestro viaje. El camino es largo y conduciremos por turnos para llegar al lugar a tiempo. Cargamos a nuestra purasangre, algo preocupados, ya que para nuestra joven Pretory este era el primer viaje largo y, además, al lado de fervoroso semental Amadeus. Al final, todo acabó bien. Colocamos entre ellos el separador de cabeza gracias al cual no estuvieron en contacto. En breve, los caballos se tranquilizaron y nosotros pudimos comenzar nuestro viaje.
Heno, agua y temperatura… comodidad necesaria para viajes largos.
Puesto que no estamos limitados por el remolque y su velocidad máxima de 80km/h, llegamos rápido a nuestra primera parada en mitad de Alemania. Durante la conducción, podíamos observar a los caballos con la cámara de la cabina. Gracias a la ventana de contacto, veo directamente a los caballos y puedo tranquilizarlos con mi voz durante la marcha. El indicador de la temperatura indicaba un aumento de la temperatura en la zona de los caballos, por eso, decidimos adaptar la temperatura de tal manera que fuera estable y agradable durante todo el viaje.
Al final, paramos en una estación de servicio. Dimos a los caballos de beber agua y rellenamos sus mallas de heno para que se distrajeran un poco durante la marcha. En viajes largos, es muy importante para los caballos el régimen de bebida y la recepción de comida para la correcta peristalsis intestinal y evitar cólicos. Esto puede ser muy peligroso para los caballos.
Se ve que Pretory y Amadeus están deseando que llegue el start de mañana, cuando aprovecharán el descanso obtenido en el furgón y demostrarán su calidad en el hipódromo. Es bueno que nuestros caballos no se tomen el transporte en el furgón como un mal necesario, sino como un espacio agradable donde descansar. Nada de esto sería posible en nuestro antiguo remolque.
Tras encargarnos de los caballos, fuimos nosotros también a tomar un piscolabis a un bar de carretera y emprendimos de nuevo nuestro viaje hacia Francia.
¡Llegamos a nuestro destino!
Llegamos a nuestro destino tarde por la noche, pusimos en una cuadra a Amadeus y a Pretory en el recinto del hipódromo y, agotados por el exigente camino, nos preparamos para dormir. Gracias a nuestro furgón, pudimos ahorrar. Convertimos los asientos traseros de la cabina en dos camas. Otros dos de nosotros dormimos en la zona de encima de la cabina (luton). Así pudimos dormir por nuestra cuenta fácilmente y, sobre todo, cómodamente. Por otra parte, allí donde no se conoce, nunca sabes qué puede pasar.
¡Amadeus triunfante y el debut de Pretory!
A la mañana siguiente nos levantamos temprano. Sacamos del guarda arnés los frenos, ensillamos a los caballos y fueron a estirar para prepararse para la carrera. Primero comenzó Pretory. Quedamos muy satisfechos con su rendimiento, ya que en su primera carrera de debut estuvo completamente resuelta y demostró ser una gran promesa. Es muy habilidosa. ¿Y Amadeus? Nuestro corredor veterano, en su carrera quedó en una magnífica tercera posición, consiguiendo con su sprint final un merecido bronce.
Después de esta experiencia sé que nuestros caballos no están ni estresados ni entumecidos del viaje en furgón, como cuando viajábamos con remolque. Por eso, sé que puedo confiar en él y esperar el máximo.
Después de las carreras cargamos a nuestros campeones de nuevo en el furgón y con orgullo volvemos por el mismo camino a casa. ¡A lo mejor la próxima vez celebraremos el oro!